Más allá del agua: cambio climático y saneamiento

El Saneamiento Básico es uno de los pilares esenciales para la calidad de vida de las comunidades. Implica acceso a agua potable, tratamiento adecuado de aguas residuales e instalaciones sanitarias seguras.

Sin embargo, lo que muchos tal vez no se den cuenta es que El Saneamiento Básico va más allá del agua… influye en el cambio climático, directamente relacionado con la emisión de gases de efecto invernadero.

Advertencia de la ONU: el planeta Tierra podría calentarse 2,6ºC 

El aumento de la temperatura fue anunciado por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que emitió el informe sobre acciones contra la crisis climática. 

La evaluación de los investigadores señala que a pesar de los avances desde el Acuerdo de París, el planeta no avanza hacia limitar el calentamiento. Si no aceleramos las acciones, el planeta se encamina hacia un calentamiento de la temperatura media de 2,6ºC con relación al período Preindustrial.

El Acuerdo de París fija el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5ºC, el valor máximo para evitar graves impactos ambientales y sociales. La reducción de las emisiones de gases es uno de los pilares más importantes para hacer realidad el objetivo.

El informe también señala que el mundo necesita reducir 43% de gases de efecto invernadero de aquí a 2030 para limitar el calentamiento a 1,5ºC.

El papel del saneamiento frente al cambio climático

Los cambios en los patrones climáticos pueden dar lugar a fenómenos extremos e impredecibles, como sequías prolongadas o lluvias intensas, que afectan directamente a los recursos hídricos. La realidad es que estos eventos no sólo pueden suceder, sino que ya suceden… no podemos olvidar la Sequía Amazónica en 2023.

El papel del Saneamiento en relación al cambio climático que estamos viviendo es fundamental. Un sistema de saneamiento eficaz ayuda a garantizar el acceso continuo al agua potable, reduciendo el riesgo de escasez.

Sin mencionar que la gestión eficiente de residuos y el tratamiento de aguas residuales pueden contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el metano y el dióxido de carbono. 

Invertir en infraestructura resiliente, tecnologías que reduzcan las pérdidas de agua y sistemas de monitoreo que contribuyan a optimizar la distribución del agua son importantes no solo para enfrentar los desafíos actuales, sino también fortalecer a la comunidad frente al cambio climático que ya está ocurriendo. 

Recordemos siempre una frase que dijo Ban Ki-moon durante la COP-21:  

“No hay un plan B, porque no existe un planeta B. Hay millones de estrellas, pero, hasta ahora, el ser humano no ha podido descubrir otro planeta; este es el único donde tenemos oxígeno, agua y tecnología”.